Paseaba yo felizmente (y sin dinero) por un centro comercial, cuando me encontré a Bart Simpson en su sofá, con unas cuantas cervezas Duff a su lado.

Un Bart Simpson… ¡gigante!

Con tele y todo.
Paseaba yo felizmente (y sin dinero) por un centro comercial, cuando me encontré a Bart Simpson en su sofá, con unas cuantas cervezas Duff a su lado.